Esto! es! Numancia!

Uno de los episodios más conocidos de la antigüedad es el de la resistencia que opusieron los numantinos a la conquista romana.

Después de once meses de duro asedio, la ciudad cayó por inanición en el verano del 133 a.C. tomándose la muerte cada uno a su manera, y siendo vendidos los supervivientes como esclavos.

La actitud de los Numantios, impresionó tanto a Roma que fueron los propios escritores romanos los que ensalzaron su resistencia, siendo la segunda ciudad más nombrada por sus historiadores despues de la misma Roma.
Convirtiéndola así en mito y símbolo de la lucha de un pueblo por su libertad.

Proporcionándole de esta manera una dimensión universal y fundiéndola en el crisol de la leyenda.

El referente numantino será empleado como contrapartida a las situaciones que se vivirán en la sociedad española en determinados periodos de crisis de identidad nacional como en estos dos claros ejemplos:

“La invasión musulmana de la Península Ibérica provoca la perdida de la memoria sobre la localización de la mítica Numancia.
Esto provoca que algunas poblaciones perdieran su nombre y que otras reclamasen antiguas.  A partir de ese momento las crónicas empiezan a identificar Numancia con Zamora, siendo una manera de identificarse con el pasado anterior a lo musulmán y reforzar la nobleza y antigüedad zamorana.â€?

Este uso, como es lógico, tendrá también su aplicación, incluso de manera más exclusiva, en el marco soriano, en donde se ha utilizado recurrentemente Numancia como tabla de salvación para solucionar la situación de marginación y olvido de esta provincia a lo largo de los últimos siglos.

En el primer tercio del siglo XIX con la nueva distribución provincial de España, Soria vió recortada su superficie a favor de La Rioja, lo que incentivó un sentimiento de marginalidad.

La sociedad soriana al verse de nuevo asilada y asediada recala en los valores numantinos. Así y como forma de denunciar el olvido institucional del gobierno de España, en febrero de 1922 Don Pelayo Artigas propuso en el periódico El Porvenir Castellano que se cambiase de nombre a la provincia de Soria por el de Numancia. Lo que provocó muchas adhesiones de periodistas, políticos y hombres de letras como Gerardo Diego o Antonio Machado. Finalmente y con el paso del tiempo este tema no llegó a grandes estancias y se fue diluyendo.

De esta manera, Numancia ha sido utilizada durante los últimos dos milenios para defender a la cristiandad; para apoyar la idea imperial de los Austrias; para incentivar los ánimos y la identificación heroica de los bandos en conflicto; como referente patriótico para apoyo de los ideales románticos de unidad nacional, de resistencia y de abnegada lucha por la libertad, con el fin de salvar a España y ha sido manejada, en los últimos siglos, por las diferentes ideologías de todo signo: restauracionistas, tradicionalistas, regeneracionistas, monárquicos, republicanos y franquistas.

 


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