“DESCUBRIENDO SAN JUANâ€?

“La Compraâ€?

Hola guerreros!!!

La moza que adoro, soriana sin par,
La compra del toro, quiere celebrar, 
A Valonsadero yo la llevaré,
En jaco ligero, en burra o a pie.

Así comienza la Sanjuanera dedicada a este día de las fiestas de San Juan, durante muchos años se ha considerado el Himno no oficial de Soria, aunque de un tiempo a esta parte, otras canciones le está comiendo terreno en esa tarea, canciones como “Soria la gloria de Españaâ€? o “Vino Griegoâ€? día tras día, celebración tras celebración resuenan sin cesar en todas los actos festivos donde se junten como mínimo un par de sorianos.

La compra es, de nuevo una multitudinaria romería que el segundo domingo anterior al de Calderas, se celebra en el Monte de Valonsadero.

Antaño, el viejo uso de ir a “comprar los torosâ€? obligación de cada una de las cuadrillas, en absoluto era un festejo y sí una obligación.

Hasta Valonsadero, se encaminaba la comisión de festejos del Ayuntamiento, y únicamente, los Jurados, para empezando por la cuadrilla que contara con mayor número de vecinos (de ahí la ventaja de elegir el toro más grande para asegurar, al menos, la carne), por orden de mayor a menor, seleccionaban y escogían cada una a su toro entre los que en el monte se encontraban, pues entonces Valonsadero disponía de ganaderías bravas.

Hoy el acto protocolario se ha adelantado al Lavalenguas por ser el primer contacto con el Toro, se realiza un sorteo para decir que cuadrilla comienza escogiendo, y por riguroso orden de tradición una a una van señalando el toro que más les guste, el cual tiene ya la pareja asignada, para el “Viernes de Toros”.

En 1928 la cuadrilla de San Esteban compró el último toro “cuadrilleroâ€? de Valonsadero, y un año después el Ayuntamiento se vería obligado a adquirir los doce toros en Salamanca. Los cuales les cobraría posteriormente a las cuadrillas.

Actualmente, cuando despunta el alba, del domingo de la compra, vuelve a poner frente a frente al mozo y al toro, que ya desde la tarde del Lavalenguas se han mirado y cruzado en ceñidos requiebros. El enfrentamiento se debe dar casi de madrugada, antes que los astados sean encerrados en los corralones a la espera de su suelta, uno a uno, por la tarde, para disfrute de las docenas de miles de sanjuaneros que gustan de situarse en peñascos y roquedales para observar lo que acontece.

Los caballistas de la Verguilla y algún que otro soriano entran en la cañada a las 8 de la mañana. Los chiringuitos esparcidos frente a los corrales ya están repletos de animosos madrugadores mientras en el portón de salida de los corrales hacía la cañada suena la dulzaina y el tamboril, corre en abundancia el anís y el moscatel, se degustan todo tipo de pastas y galletas en pública y gratuita armonía.

No hay convocatoria oficial, la comprilla no figura en el programa de fiestas pero el colorido y la gracia de esta pronta mañana es inigualable sin faltar divertidos paseíllos que arrancando desde los medios del corral grande, encabezados por tradicionales personajes de la fiesta, montera en mano, y seguidos por una multitudinaria serpiente multicolor encaminada en bulliciosa danza ha la cañada donde los caballistas recogen los toros y en cuanto hay movimiento de acercamiento de los astados, la musical serpentina se deshace en anárquicas carreras buscando sitio o refugio, y vuelta a empezar hasta que los doce toros quedan en los corrales a la espera de su suelta por la tarde, festejos que algunos hilvanan sin que el tiempo corra porque los vapores de los orujos matutinos, mezclados con el vino de la cuadrilla y cerveza de las peñas, acaba con sus cuerpos en quietud durmiente recostados junto a rocas que ejercen de blandas almohadas.

Dicen que en la Comprilla se juntan los “Autenticosâ€?, los que hacen la Saca a pie respirando el polvo que caballistas y novillos dejan en su recorrido, quienes aprietan y empujan hasta el amigable ahogo en el callejón del Viernes, los que pujan por el solomillo en los Áges o desfilan “de piñorroâ€? en las Calderas, para después homenajear a la Blanca y despedir en el “Adiós, adiós San Juanâ€? ante el Ayuntamiento en la anochecida profunda que va del Lunes al Martes.

Fuente: “Diccionario de términos sanjuanerosâ€?