San Fermín

San Fermín

08 julio 2014,   Por ,   0 Comments
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Hola Guerrer@s!!

Si algo tiene el verano son Fiestas, Fiestas y más Fiestas. Y entre todas, las que posiblemente tengan mayor repercusión nacional e internacional son los Sanfermines. Prácticamente todo el mundo que tiene la posibilidad, verá durante estos días los famosos encierros matutinos en la televisión.

Pero tienen mucho más. Aunque su fama mundial es relativamente reciente, a la cual contribuyó Ernest Hemingway con su influencia en varias de sus novelas, sobre todo desde “Fiestaâ€? (1926), lo cierto es que los Sanfermines tienen una tradición de siglos.

Estas fiestas se puede decir que tienen un triple origen: los actos religiosos en honor a San Fermín desde antes del siglo XII; las ferias comerciales de principios del siglo XIII tras la noche de San Juan, lugares de encuentro y celebración; y las corridas de toros celebradas en dichos festejos. Pero ojo, el patrón de Pamplona es San Saturnino, no San Fermín, que en realidad lo es de toda Navarra.

Desde mediados del pasado siglo, las Fiestas comienzan con EL CHUPINAZO el 6 de julio a las 12 de la mañana desde la casa consistorial de la ciudad al grito de “Pamploneses, Plamplonesas, ¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!â€?, ante la multitud que abarrota la Plaza del Ayuntamiento y que grita, salta y derrama vino por doquier.

Continúa con el RIAU RIAU: miles de personas cantando y bailando el vals de Miguel Astráin “La Alegría por San Fermínâ€?, compuesto a mediados del siglo XIX. De esta forma se impedía el paso de la Corporación Municipal, en “cuerpo de ciudad” que salía de la Casa Consistorial para participar en la misa de Vísperas, en la iglesia de San Lorenzo. La avalancha de cantantes y danzantes del “Riau Riau” hace que un recorrido de poco más de 400 metros tarde en completarse varias horas. El inicio de esta tradición se atribuye a Ignacio Baleztena, un carlista que coreando el Vals de Astráin quiso interponerse en el avance de un Ayuntamiento políticamente contrario. El festejo cuajó rápidamente, hecho que fue corroborado porque en la década de los años veinte hubo dos intentos de prohibición por parte de la Alcaldía.El último Riau-Riau que consiguió este objetivo fue el de 1985, con una duración de tres horas y media, durante las cuales se interpretó, cantó y bailó el “Vals de Astrain” unas 180 veces.

Pero posiblemente, el centro de la Fiesta, o al menos una de las partes con mayor relevancia popular, son los famosos ENCIERROS, que se remontan a la Edad Media, cuando los pastores navarros traían a los toros de lidia desde las dehesas de La RiberadeNavarra hasta la Plaza Mayor, que servía de coso taurino al no existir una plaza de toros. La noche anterior a la corrida la pasaban acampados cerca de la ciudad, y al amanecer, entraban a la carrera arropados por los cabestros y acompañados de gente que, a caballo o a pie, ayudaba con palos y gritos a encerrarlos en los corrales. Antes de correr el encierro, los participantes piden ayuda a San Fermín mediante unos cánticos que se entonan en la cuesta de Santo Domingo (al inicio del recorrido) 5, 3 y 1 minuto antes del encierro:

“A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín! ¡Viva!, Gora San Fermin! Gora!â€?

Todos los días sale la comparsa de GIGANTES, KILIKIS y ZALDIKOS (tradición nacida en Pamplona que se ha extendido a otros puntos de España) que atraen a numerosas familias con niños. Los GigantesdePamplona, con sus 154 años de historia son uno de los símbolos más emblemáticos de la fiesta. Son unas figuras de madera, cartón y tela con porte altivo que van con su cohorte de kilikis, cabezudos y zaldikos. Juntos forman la Comparsa, comitiva que no falta una sola mañana a su cita sanferminera y que, por otro lado, sale a la calle para otras grandes ocasiones puntuales. Detrás de cada pareja de gigantes están los comparseros, gaiteros y txistularis que marcan su paso.

Por la tarde, es vistoso es desfile de “caballeros en plaza”: los alguacilillos y las mulillas van a la plaza de toros desde la Plaza del Castillo. Las corridas de toros tienen un carácter especial: prima el toro, con un certamen entre ganaderías. El ambiente es festivo, a veces irrespetuoso y sólo impresionable ante actuaciones especialmente valientes. Los puristas no aprecian esta plaza; otros destacan el ambiente inmejorable. La salida de las peñas forma parte del ritual. Por la noche, la multitud prefiere los fuegos artificiales (en un bien dotado concurso patrocinado por el Ayuntamiento), lanzados a partir de las 23 horas desde el interior de la Ciudadela, mientras que los románticos se quedan con el “encierrillo”: la llevada de los toros que serán lidiados al día siguiente (y antes correrán el encierro) desde los corrales del Gas, donde han estado desde su llegada a Pamplona, hasta los de la cuesta de Santo Domingo, desde donde da inicio el encierro. Se hace en penumbra, acompañados los toros sólo por los cabestros y los pastores, bordeando las murallas.

La música juega un papel importante en los sanfermines: desde las dianas de “La Pamplonesa” hasta los pasodobles en las corridas de toros, el ambiente musical es dominante. Además de la actividad de la Banda Municipal, entre la música más popular de las charangas (o “txarangas”, según se prefiera una ortografía u otra) y los conciertos organizados por el Ayuntamiento se abre un amplio abanico, en el que no falta un tradicional concierto de la Coral de CámaradePamplona en el TeatroGayarre.

www.numanguerrix.com


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